miércoles, 12 de enero de 2011

*/ MEDITACIÓN EN EL SIMPOSIO / Antonio Colinas

Desmenuzamos el conflicto

De las generaciones literarias.

Fijamos con clavos de rigor

Las palabras de aire de los autores magnificados.

Enfermos de palabrería,

No cesamos de definir sin definir.

Todos hablamos y hablamos y hablamos

Mientras del día el humo hace noche,

Mientras el cieno torna el blanco en negro

Nadie mira hacia el cielo.

Nadie lee en la tierra.

Nadie escucha la agonía

Del murmullo del agua en los manantiales.

Arden quinientos pozos de petróleo.

Otros vomitan de su negro vientre

Sobre blancas arenas, sobre claros corales.

Van y vienen, sin pausa, los políticos,

dan vueltas y más vueltas al planeta,

mas ellos aún no leen

que los coeficientes planetarios

de podredumbre

sean lo suficiente preocupantes.


Esos pozos en llamas son la obra
vívida y trágica de este fin de siglo

.Con sus imágenes de fuego,

Con sus metáforas de muerte,

Ellos son el poema.

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