No sé cómo has venido, pero debe haber un camino
para regresar de la muerte.
Estás sentada en el jardín,
las manos en el regazo llenas de dulzura,
con los ojos posados en las últimas rosas
de los dias serenos y largos de Septiembre.
¿Qué música escuchas atentamente
que no me me haces caso?
¿Qué bosque o río o mar?
¿O es que es dentro de ti
en donde todo canta todavía?
Querría hablar contigo,
decirte solamente que aqui estoy,
pero que tengo miedo,
miedo de que la música termine
y tú no puedas más mirar las rosas.
Miedo a romper el hilo
con que tejes los días sin memoria
para regresar de la muerte.
Estás sentada en el jardín,
las manos en el regazo llenas de dulzura,
con los ojos posados en las últimas rosas
de los dias serenos y largos de Septiembre.
¿Qué música escuchas atentamente
que no me me haces caso?
¿Qué bosque o río o mar?
¿O es que es dentro de ti
en donde todo canta todavía?
Querría hablar contigo,
decirte solamente que aqui estoy,
pero que tengo miedo,
miedo de que la música termine
y tú no puedas más mirar las rosas.
Miedo a romper el hilo
con que tejes los días sin memoria
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