"Nada queda:
solo un campo de sangre
encharcado de huellas.
Encrucijada de pistas ilegibles
que ha pisoteado todo el mundo.
Silencio, roto apenas
por el propio cansancio -por el sordo
dolor que ya palpita en las heridas
nada queda:
la verdad, dicha, no ha dejado nada.
(evaporada al viento como un olor de sangre,
fugitiva en el agua).
Sólo se conoce la propia voluntad.
Y no es nada.
Es todo lo que hay..."
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