Este pez-robot, desarrollado por el Departamento de Robótica de la Universidad de Essex, está diseñado para moverse como un pez de verdad mientras comprueba la calidad del agua: niveles de oxígeno, presencia de tóxicos, detección de vertidos o contaminantes, y en resumen recopilar información relativa a la calidad del agua por la que se mueve.
Para enviar los datos recopilados el pez asciende a superficie y activa una señal de radio. Con estos datos se puede crear un mapa tridimensional del entorno visitado por el pez con información precisa sobre la ubicación y niveles por áreas de posibles zonas contaminadas. Cuando se están acabando las baterías eléctricas el robopez navega de forma automática a un punto base donde recargarse.
El pez cuesta unos 2,5 millones de euros (en el futuro serán 20.000 euros la unidad), mide 1,5 metros y se mueve a una velocidad máxima de 1 metros por segundo. En breve patrullará las aguas de Gijón como parte de las pruebas piloto.
Fuente: ecoMicrosiervos.com
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