Los altos niveles de contaminaciòn ambiental que en la actualidad padece el mundo ha borrado de las grandes ciudades el azul de sus cielos.
Las nubes de algodòn se han llenado de cloro, amenazando con la acidez de sus lluvias cancerìgenas a humanos, cultivos y animales.
El humo de autos y fábricas ensucia los pulmones y roba la transparencia del aire.
Como cielo raso de cocina china las grandes ciudades con el pincel de sus chimeneas han pintado de negro el cielo.
"La regiòn más transparente" de la que hablara Carlos Fuente de su México lindo y querido, no pasa de ser más que una hermosa metáfora disuelta en la humareda del irrespirable smog.
Pero aún así existen lugares cuyo cielo, en medio de la contaminación e inconciencia de sus gentes conservan aún el colorido resplandor de su cielo.
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