lunes, 30 de noviembre de 2009

*/ Miles de sedientos camellos se toman pueblo en Australia /

"LA PAZ, PRIMERO ES CON LA NATURALEZA".
.................Iván Drajos
La crueldad humana pareciera no conocer límites. Más de seis mil camellos sedientos que en desesperada búsqueda de agua se tomaron un pueblo de la región de Outback en Australia, recibieron como respuesta del hombre “civilizado” una “generosa” lluvia de balas desde helicópteros habilitados por autoridades del gobierno australiano. En un aberrante e inmisericorde acto de violencia que averguenza el alma y dá muestra clara de la ciega e insensible bajeza del ser humano, confundido ante los llamados de auxilio de la propia naturaleza.
Un angustiante llamado ante la sequedad de las gargantas secas de animales, cuya generosidad dan testimonio de haber salvado de morir de sed a innumerables sobrevivientes del desierto al beber las reservas de su agua.
"Dar de beber al sediento", como reza la máxima bíblica, no solo corresponde a uno de los mayores actos de bondad del alma humana sinó que pone en nuestras manos la bendición de dar a quien le falta. Pero dar bala a quien pide agua no solo resulta una vergonzante muestra de brutalidad sino que evidencian la oscura condición suicida de la humanidad actual.

En tiempos en que dadas las catastróficas evidencias (naturales y económicas) del cambio climático, los gobiernos se reúnen para ajustar medidas, los líderes del mundo aún no abren los ojos, ni el corazón al entendimiento de que compartimos el planeta con otras criaturas que por igual sufren las consecuencias de nuestra irracionalidad, y que lo que hacemos a la naturaleza lo estamos haciendo a nosotros mismos. Pitágoras desde la más remota antigüedad recordaba que “en el mundo nunca podría haber paz mientras el hombre siguiera masacrando a inocentes animales”.
Pueblos que se vanaglorian de vivir bajo las leyes divinas olvidan que Jesús muy claro dijo que lo que se hiciera a cualquiera de estas criaturas
se le estaría haciendo a él mismo. Otros autores, más allá de toda concepción religiosa o filosófica lo han recordado siempre, y sin embargo no despertamos a la cruda realidad que nos rodea: una demencial carrera armamentista justificada en políticas de seguridad contra el terrorismo y las drogas, que aviva las llamas de una violencia que empieza desde el maltrato a los animales y las ofensas a la madre tierra.

Lo que por estos días viven los camellos salvajes australianos solo es el curso natural de una cadena de reacciones que el hombre en sus oscuras ambiciones ha desatado. Olvidando el efecto búmerang que por igual se nos traduce en el desesperado y violento reclamo de miles de animales que también dependen del preciado líquido para su subsistencia.
Se habla de las nuevas modalidades de desplazamiento humano tras la búsqueda de agua pero olvidamos la migración de cantidades de animales a quienes, reducido a cenizas su hábitat, ya por el verano o violencia humana, deben desplazarse tras la búsqueda de comida y agua, generando una nueva confrontación con el hombre en la conquista de recursos. Una confrontación en la lucha del más fuerte por el control de un recurso que en el inicio de los tiempos estaba a disposición de todos, pero que intereses oscuros de dominación y saqueo por parte de los poderosos lentamente nos ha conducido al caos y la barbarie en que vivimos. En que dominados por el miedo y manipulados por falsas estrategias de seguridad nos conducen a políticas de guerra, sumisión y muerte.

“Un cambio de conciencia es la única alternativa para todos aquí” fue lo que dijo Srila Harijan Maharaj, un reconocido sabio hindú de origen colombiano que reflexionando sobre dichas problemáticas se atrevió a proponer el vegetarianismo y una comprensión científica del alma como alternativa para acabar con la violencia. Pues se dice que al comer carne el hombre se alimenta de violencia. La misma violencia que al generar más violencia termina por exterminar al propio ser humano.
Un vegetariano no solo se libra de la carga de tales reacciones sino que contribuye a la salvación de más de 84 animales por año. Maestros del amor y la devoción como Srila Prabhupada, abogando por un claro despertar a una conciencia superior de armonía y paz para la humanidad, recordaba al Mahatma Gandhi cuando decía que “Los avances de una nación una nación se mide en el trato que sus gobernantes dan a los animales”. Que sumado al desconocimiento de la ciencia del alma, nos lleva a negar los valores fundamentales de la existencia como el amor y el respeto a las demásentidades vivientes.
En la actualidad ese trato no es el más justo, y paralelo a la crisis política y económica, la ecología de la mano del irrespeto y maltrato a la naturaleza pasa su cuenta de cobro a la irracional humanidad sumida en el caos y la incertidumbre de un mundo en manos de los intereses egoístas de los entes de poder que controlan el mundo.
Aquellos mismos, quienes al afán de sus ambiciones han avasallado el planeta, y saqueando sus recursos han acorralado la naturaleza para acribillarla a tiros como la "solución más inteligente" a los males que en ultimas, ellos mismos han generado.
Por eso no olvidemos que como se dijo al comienzo: LA PAZ PRIMERO ES CON LA NATURALEZA

…………………………………………Iván Drajosssssssssssss

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