“Los muertos
mueren y mueren:
y
en ellos los vivos…”
-----------------------------Paul
Auster, Exhumación
EL
HOMBRE llevaba un celular
en el bolsillo junto a un
mechero de gas.
La
señal de una llamada telefónica
encendió la chispa del encendedor,
y este estalló en
los bolsillos de su chaqueta
de cuero de dragón perfumada en
gasolina.
Estalló
en llamas ante la indolencia
y
la más nula compasión de los acompañantes
del ascensor, que descendía
del piso once…
y que sacudiéndose las cenizas y soplando
el
olor a carne quemada,
impasibles y
campantes salieron apenas el ascensor
se detuvo y
abrió sus puertas
en la
recepción de la Torre Uno
…salieron
sin conmoverse no sin antes
chismear entre sí, de quien
sería
la llamada que no alcanzó a contestar
el
incendiado.
NOTA:
Al instante de terminar este texto
la radio trajo la noticia de
un ciudadano chino que pereció
envuelto en llamas al estallarse en los
bolsillos
de su traje la batería de su celular.
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