martes, 16 de diciembre de 2008

*/ Gurudeva Atulananda y el verdadero Amor


Este Amor consiste en buscar el mayor bien para sí mismo y los demás. Porque también es necesario quererse a sí mismo, en el sentido que uno también quiere hacerse grato a Dios.

El que se desprecia perjudicándose a sí mismo, no se hace feliz ni él mismo ni hace feliz a los demás. El que trata de progresar por el verdadero Amor, luchando por no ser egoísta y por no causar mal a nadie, ni a sí mismo, él se ayuda a sí mismo y ayuda a los demás. Éste es el bien absoluto y el Amor absoluto. Sin Dios en el centro no podemos hablar de Amor.

Sicólogos modernos enfatizan el amarse a uno mismo como algo básico y esencial. Esta es la declaración más triste que uno puede hacer. Tal afirmación sólo puede surgir en una sociedad donde ya no hay Amor. Cuando no hay sol, tú debes buscar una forma de alumbrarte a sí mismo. Si no hay Amor, te verás en la obligación de amarte a ti mismo. Este es un gran absurdo. Es caer de nuevo en el error de olvidar a Dios. Mucha gente se decepciona al pensar que "nadie la quiere". ¿Porqué olvidan el Amor de Dios y de los santos?. El hecho es que ellos quieren insistir en un Amor degradado y sucio.

En el Amor a Dios ya está incluido el Amor a uno mismo y a todos los demás. Pero, si no hay tal Amor por Dios, no debemos confiarnos en esa falsa etiqueta de Amor.

El hombre ordinario duerme en su vida superficial. No aprecia ni su existencia ni sus sentimientos. Dicen que se unen para amarse pero predomina el desconocimiento entre ellos, la incomunicación y la ausencia de progreso mutuo hacia el bien eterno, (lo que es el fruto del verdadero Amor).

Fuente: http://vaisnavi.net

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