viernes, 26 de marzo de 2010

*/ A propósito del Día Mundial del Agua

Resulta fácil expresar en números el drama mundial que supone la dificultad de acceso al agua potable. Mucho mas difícil es, tomar conciencia cierta de lo que esos números significan y, mas aun, el padecimiento diario de quienes se encuentran inmersos en esas nefastas estadísticas que se divulgan desde los Organismos internacionales.

Dentro del mensaje de la Sra. Irina Bokova, Directora General de la UNESCO con motivo del Día Mundial del Agua, encontramos el siguiente párrafo.

“Más de 2.500 millones de seres humanos carecen hoy de sistemas sanitarios adecuados. Se calcula que 884 millones de personas, la mayoría de ellas africanas, no tienen acceso al agua potable. Alrededor de 1,5 millones de niños menores de cinco años mueren anualmente a causa de enfermedades transmitidas por el agua.”

¿Es acaso posible imaginar el dolor de una sola madre, que ve como sus hijos día a día van enfermando y muriendo por no contar con acceso al agua potable? ¿El dolor de saber que cada trago de agua que ella misma le ofrece, envenena su cuerpo, lo enferma, lo debilita?. ¿Saber que ella misma es quien lo está matando y, que no tiene ninguna posibilidad de evitarlo?. En esa situación se encuentran cientos de millones de madres.

Las causas de que haya tal cantidad de personas sin acceso al agua potable son diversas, en cada región son diferentes. Pero muchas tienen puntos en común.

Ríos, arroyos, lagos y napas freáticas de aguas puras y perfectamente potables, vienen siendo contaminados desde hace décadas por la falta de compromiso ambiental la mayoría de las grandes empresas y los gobiernos cómplices.

La utilización del agua especialmente en regiones del tercer mundo, por filiales de compañías multinacionales del primer mundo y por las propias empresas locales, en general es y ha sido nefasta. Y la culpa no es sólo del chancho, sino también de quien le da de comer. Los gobiernos de estos países han sido permisivos, inconscientes, corruptos, ignorantes y entregadores; entre muchas otras virtudes.

La Humanidad hoy puede enviar naves al espacio, puede decodificar el ADN, manejar el átomo, llenar el cielo de satélites, la Tierra de automóviles y la atmósfera de CO2. Pero no puede proveer a mas de un tercio de la población del servicio sanitario mas básico. Tampoco impedir que 1,5 millones de niños mueran cada año sólo por no contar con agua potable.

A lo largo de su historia, el Hombre ha hecho muchas cosas mal, muchísimas podríamos decir. Pero contaminar y destruir las fuentes de agua potable, ni siquiera califica dentro de este rango. Es simplemente criminal . Solo en el egoísmo tacaño y estúpido de unos pocos, puede encontrarse la sinrazón de semejante comportamiento.

Este planeta necesita agua para vivir, la necesita tanto que realmente en lugar de llamarlo Planeta Tierra, sería mucho mas indicado llamarlo Planeta Agua.Y sólo una especie de las millones que lo habitan parece no haberlo entendido. El ser Humano. Esperemos que haber llegado al límite, nos haga reflexionar y modificar nuestra actitud de desprecio por el bien mas preciado de todos que nos ha dado la naturaleza. El agua.

Fuente: Ricardo Natalichio / Director http://www.ecoportal.net

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