lunes, 29 de noviembre de 2010

*/ "NOVEMBER RAIN & S.O.S COLOMBIAN RAIN " / iVÁN dRAJOS

“En Noviembre llega el arzobispo” reza el título de la novela de Héctor Rojas Herazo, pero para gran parte del territorio colombiano, y desde antes de la fecha, las lluvias de éste “November rain” solo han traído un trágico inventario de desastres.

Entre deslizamientos e inundaciones, ríos fuera de cauce y vías destruidas, que ya empiezan a causar aislamiento y hambre, la declarada emergencia invernal suma cerca de un millón 400 mil de damnificados y más de un centenar de muertos; que entre cultivos perdidos y animales desaparecidos hacen parte de la líquida tragedia nacional.

Agua a cántaro roto, el cielo de la nación se ha desgajado en aguas torrenciales que han llevado al gobierno a decretar la catástrofe nacional para acceder a créditos internacionales; que si logran cruzar los filtros de la corrupción, han de permitir ayudar tanto a los damnificados como a reconstruir puentes y carreteras deshechas bajo la ola invernal.

Los metereólogos echan la culpa al fenómeno de la niña, los creyentes a la furia de un Dios insatisfecho con nuestros desmanes, los ecologistas lo toman como venganza de la naturaleza, mientras bajo el paraguas de la insensatez muchos aprovechan la lluvia para lavar sus manos y su conciencia cómplice de la hecatombe. Puesto que han sido partícipes tanto del desvío de recursos como de la contaminación de los ríos salidos de madre y alcantarillas taponadas de basura, que por igual inundan barrios, pueblos, ciudades enteras. Departamentos como Caldas y Santander, cuentan entre los más perjudicados, de más del 70% del país bajo el agua.

Pero nadie es culpable de nada, en virtud de que los culpables somos todos. Somos hijos de la madre naturaleza y quien no ama ni respeta a su madre, termina recogiendo las consecuencias de su irrespeto. Un clima enloquecido convocando a cumbres y acuerdos que pocos cumplen, mientras el orden natural de las reacciones que hemos generado sigue su curso implacable de destrucción y muerte.

En contraste con este “November rain” que una vez cantaron los Gun`s Roses, y para apaciguar de indiferencia el dolor de la tragedia invernal, las grandes ciudades se empiezan a iluminar con la luz de la navidad. En un exorbitante derroche de luces y decorados que, al coste de miles de millones de pesos, sirven además para exhibir el ego de su IN-sensibilidad social. Pues mientras se dictaminan decretos de emergencia para la solicitud de créditos a la banca internacional y países como Brasil y Venezuela envían ayudas, el derroche y la corrupción consume la paciente espera de quienes claman una ayuda para desahogarse del desastre.


NOTA: Un saldo trágico de más de 380 muertos y más de 700 heridos durante las fiestas nacionales del agua en Camboya, dejó una súbita estampida de millares de personas causadas por un rumor de que “se va a caer el puente”.

MORALEJA: En el comienzo fue el verbo y el verbo se hizo carne. El sonido crea, pero también destruye. Cuidemos tanto de los sonidos que emitimos como de los que recibimos.

Fotos y Textos: Kathalejo
Gratitudes: Madre Krishna Murti Devi-Dasi

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