miércoles, 26 de enero de 2011

*/ Eugenio De Andrade y Su Oficio De Paciencia /

ASÍ SEA
La tierra es buena, y el cuerpo
aunque bastardo
trae consigo patios
y caballos. La multiplicación
de la luz vuelve más limpio el aire,
hasta incluso la liebre
salta el heno.
Conténtate con ser, hoy
mañana
otro día, esta luz breve.
LA SÍLABA
Toda la mañana he buscado una sílaba.
Es poca cosa, es cierto: una vocal,
una consonante, casi nada.
Pero me hace falta. Yo sólo sé
la falta que me hace.
Por eso la buscaba
con obstinación.
Sólo ella me podía defender
del frío de ENERO, del calor
del verano. Una sílaba.
Una única sílaba.
La Salvación.
lugar de la luz
Despues de rasgar el agua.
Después.
Cuando el aroma de la estrella
de la tarde anuncia
la resurrección del trigo.
Después de la última casa, lugar
de la luz. Donde el bastardo
corazón recomienza
a cantar con el verano.
Después de haber subido el silencio
a los mástiles, y el ojo de la cal
haberse ahogado.
Después. Después
SOBRE EL CORAZÓN
Eras la casa, el hogar
donde el sol
ardía sobre la piedra,
la piedra sobre el mundo,
el mundo sobre el corazón.
Cómo podías, una
a una, soportar las lágrimas
del mundo, nadie lo sabía:
el lugar del sol
era la casa - y ardía.

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