PRIMERA ALABANZA
ES EXTRAÑO.
Hoy parece navidad.
Durante el desayuno he comido muchas galletas
y la mañana
sin neblina se pierde entre la arena
dejando visibles los contornos de los automóviles
recién establecidos
desembarcando en tu rostro
en tu moho
en tu polvo implacable de alabastro
que inaugura un nuevo día
tan estúpido como las navidades anteriores.
NAVIDAD EN BAVIERA, 1986
A TRAVÉS de los cristales
aparece el humo triste de las chimeneas
Recuerdo la navidad en el Perú.
Mamá se iba de compras a los bazares del centro
y volvía con nieve artificial para el pesebre, semillas
de trigo para sembrar junto a las velas.
Oscar encendía a las doce los cohetes y mis tías
chillaban como locas de espanto
y luego se reían para volver a chillar como saben hacerlo.
Nunca me gustó la Navidad, lo confieso.
No sé por qué escribo este poema.
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