jueves, 31 de diciembre de 2009

*/ RENACIMIENTO / M.Argel

Se agita el labio, renace la palabra
en medio del otoño de hojas mustias y secas
en un horizonte donde el norte ya no existe
solas salen las palabras, pálidos rubíes lavados por el llanto
que manan de mil heridas lacerantes
arados de luz sobre las aguas pestilentes:

mundo neoliberal huérfano de ideas
consumismo febril dilución de identidades
competencia feroz, arcaísmos de la existencia humana
disfrazados de marketing, desarrollo y postmodernidad.
Mundo confuso donde todo es permitido
tragedia de un pais saturado de enervantes y sudarios
desesperanza frente a ríos entarimados de ataúdes.
Hermano y amigo en esta hora decadente
no permitas que el pragmatismo liquide ilusiones de otros tiempos
que en la vía láctea de tu rostro no desfallezca el arco iris
que nunca mutes de ángel solidario a diablo predador.

Se agita el labio, renace la palabra
recuerdo de ventanas erizadas de terrores
Oswaldo, Cujavante, Pedro, Francisco, Alberto, Alvarito,
William y cientos más
sombra de luces extinguidas
olor de pólvora, manos sicariales
gargantas resecas de silencios.
El espíritu escapa de esclusas y aprehensiones
toca el soma adormecido entre complicidades y acomodos
salpica pulsarmente las zonas tomadas por la noche
enfrentando la fría insolencia del olvido.

El cuerno llama fantasmas de tiempos solidarios
gestados en vivacs de humanidad y fraternidad
y la ceniza despierta animada en chispeantes charamuscas
conquistando áreas que ganó la niebla
ensilla galaxias buscando resplandores
patrulla albas promisorias y atardeceres genuflectos
buscando los pilares del tiempo vivo
y la memoria llama a los ausentes por su nombre.

Se agita el labio, renace la palabra
brillante espejismo preludio de heroísmos
entre el éter asfixiante de corruptelas y traiciones
hija de la claridad que brota entre mosaicos rotos
como géiser de soles por fisuras de vitrales
diluyendo el miedo coagulado en las conciencias.
Amigo, si aun florecen matarratones y polvillos
hay testimonios de la vida renaciente
superviviente de estragos torrenciales.
¿Que ha sido de aquellos en cuyas venas ardían los crisantemos
que desafiaban la ira y removían las fauces infernales?
Ángeles de la aurora que presagiaban la utopía
¿se extinguieron los sembradores de futuros?
¿Se ha empolvado la historia en la noche gris del olvido?

Hermano, dime que aún hay esperanza
que lo obceno aún no pudre el pensamiento
Velando estoy mis armas:
carcaj de ilusiones compartidas
espada justiciera y coraza de ideales
templadas por serenas convicciones
de que el globo de F. Fukuyama y Z. Brzezinski
y el traspatio de la pbreza, violencia e injusticia
no pueden ser el mundo del futuro.
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M. Argel, Indígena Zenú del Resguardo de San Andrés de Sotavento (Córdova-Sucre). Por el compromiso social con su pueblo recibió amenazas de grupos paramilitares que lo obligaron a abandonar su tierra y huír al exilio. Este texto es un extracto de "Delirio del hombre hicotea" en Woumain, Poesía Indígena y Gitana contemporánea de Colombia. MJ Editores. Bogotá, 2000

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